martes, 21 de diciembre de 2010

THE HUMAN BEING IN FOUR DIMENSIONS

He podido encontrar distintas formas de referirse a un mismo asunto. Unos hablan de la rueda de la vida, otros, de una mesa que tiene distintas patas, y los hay quienes, como el profesor S. Covey, nos enseña que el ser humano está compuesto de cuatro dimensiones:

Cuerpo / Mente / Corazón / Espíritu

Es importante cuidar cada una de ellas. Tenemos que dedicar tiempo a nuestro cuerpo, nuestra alimentación, a prevenir enfermedades. También a cultivar la mente a través de una educación continua. Nuestro corazón nos pide que cultivemos las relaciones con otros, que les escuchemos atenta y respetuosamente y que sirvamos a los demás. En lo social está la mayor satisfacción de nuestro corazón. Por último, nuestro espíritu requiere que busquemos la fuente de nuestra necesidad básica de sentido y de las cosas positivas que buscamos en la vida. Coincido con el profesor Covey en la crencia de que esto se encuentra en los principios universales y en las leyes naturales que tienen su origen en Dios.

Debemos tratar de tener un equilibrio en nuestro día a día entre estas cuatro dimensiones, dedicando tiempo y buscando espacios para cada una de ellas, pero es la Navidad un momento excepcional en el año para reflexionar sobre estas cuatro dimensiones, cuidar nuestro cuerpo, cultivar nuestra mente, procurar unas relaciones sociales satisfactorias y encontrar momentos de reflexión para conectar con nuestra dimensión espiritual.

Te invito a que pongas en práctica este consejo y te deseo una Feliz Navidad.

Quiero dedicar este artículo a mi amigo y compañero de clase Ernesto Sese, quien, además de ser una gran persona, se dedica, a través de su empresa "pidete mas", a intentar hacer un mundo mejor aportando su granito de arena formando equipos de venta. El ha querido compartir el sigiente video musical con todos vosotros.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

FELL THE FEAR AND DO IT ANYWAY

Hoy son muchas las personas atenazadas por la sensación de miedo. Miedo al futuro. Se sienten vulnerables en su puesto de trabajo. Temen perder su empleo, si es que no lo han perdido ya, y los medios para sustentar a su familia. Esta vulnerabilidad suele alimentar la resignación a una vida sin riesgos y a proyectar nuestra propia responsabilidad en las acciones de los demás, culpándoles de lo que nos sucede y viviendo una vida de constante queja.

La responsabilidad de lo que nos sucede está en nosotros mismos, no en los demás. En la mayoría de las ocasiones, la falta de acción tiene que ver con nuestros propios miedos y la mejor forma de vencer los miedos es enfrentarse a ellos.

Yo tenía verdadero pánico a hablar en público y descubrí que la única forma de vencerlo era enfrentándome a él y hablando en público tantas veces como oportunidades tuviera.
Con mi amigo Fernando en Guadalajara
Quiero dedicar este artículo a mi amigo Fernando Gonzalo, seguidor de este blog y gran persona, que ha tenido la valentía de, tras pasar una temporada por el desempleo, enfrentarse al miedo y la próxima semana abrirá un nuevo negocio en Guadalajara.

Recuerda: No culpes a los demás de lo que te sucede. Pasa a la acción y vence tus miedos enfrentándote a ellos.