lunes, 23 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD Y EL PODER DE UNA CREENCIA

Quiero hablarte hoy del poder de una creencia. Pero, ¿qué es esto de una creencia? Más allá de la explicación de lo que es o no es, me gusta mucho utilizar el cuento de “El Elefante Encadenado para tratar de comprender el poder que tiene. ¿Por qué es que ese elefante enorme, capaz de derribar una casa está sujeto a una estaca en la puerta de un circo y no se escapa?... no se escapa porque de pequeño lo ataron e intentó soltarse reiteradamente pero no lo consiguió. En ese momento se dijo que no podía y lo que es peor, que jamás podría. Y es esta creencia la que aún hoy, con una fuerza brutal, le sigue manteniendo atado a una estaca.

¿Qué pasaría si el Elefante revisase su creencia y volviese a probar? ¿Qué pasaría con tu vida si revisases tus creencias limitantes y volvieses a probar cosas que crees que no puedes hacer o conseguir?

Las cosas no son lo que son, las cosas son lo que creemos que son. Y en función de que creamos una cosa o la contraria nos estaremos abriendo o cerrando puertas, limitando o expandiendo nuestras posibilidades. ¿Cuántas cosas crees en tu vida que te limitan? ¿Qué pasaría si cambias esa creencia y comienzas a pensar lo contrario? No me creas, pero pruébalo.

Quiero dejaros hoy con un vídeo que habla de una historia que cambió el curso de la humanidad entera hace 21 siglos. Este es el mejor ejemplo del poder de una creencia. Puede que creas que algo así no sucedió. Te invito a que imagines qué sería de tu vida si revisases esta creencia. Una vez más, no me creas, pero te invito a que lo pruebes. Estoy convencido de que es la mejor forma de que te asegures lo que hoy te deseo: que pases una MUY FELIZ NAVIDAD.



Dedico este artículo a Felisa Calderón, profesora del Colegio Sagrado Corazón de Jesús, con quien tengo el placer de estar trabajando, quien comparte conmigo muchas cosas y me ha enviado este video. Ella es un ejemplo de fuerza, de optimismo y de alegría. Ella utililza sus creencias como fuente de energía y vitalidad. Gracias por tu ejemplo Felisa.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

DIME A QUÉ EQUIPOS PERTENECES Y TE DIRÉ QUIÉN ERES

Un miembro de un equipo de trabajo decidió no continuar perteneciendo al equipo sin previo aviso. Pasados unos días, el director del equipo decidió visitarle para lo que se desplazó hasta su casa. Era una noche muy fría y el inquilino le recibió y le invitó a sentarse frente a la chimenea donde ardía un brillante y acogedor fuego. Contemplaban ambos en silencio la escena cuando el líder seleccionó una de las brasas más incandescentes y la separó del resto, se acomodó en la silla y permaneció callado. En poco tiempo, lo que era toda una maravilla de luz y color pasó a ser un pedazo de madera muerta, oscura y recubierta de cenizas. La escena discurría en el más absoluto silencio y ambos contemplaban lo que ocurría cuando el líder decidió levantarse para marcharse, pero antes incorporó nuevamente el ascua al fuego que, casi de inmediato, volvió a encenderse alimentado por el calor y la luz de las brasas ardientes en torno a él.  El anfitrión de la casa, antes de que se marchase el líder del equipo le dijo: Gracias por tu visita y por tu hermoso mensaje. Muy pronto estaré de vuelta en el equipo.

Escuché la reflexión que da título a este post a un profesor de un colegio en el que impartía una jornada de lanzamiento de un equipo de trabajo. Algo de razón no le falta, pues no dejamos de ser órganos de los equipos a los que pertenecemos y por tanto formamos parte de ellos hasta tal punto que el equipo no sería el mismo sin nosotros ni nosotros seríamos lo mismo sin el equipo. Nuestro comportamiento, creencias, juicios, valores, emocionalidad y presencia hace que influyamos en los demás, al igual que los demás influyen en nosotros.

Desde un enfoque sistémico, aunque no lo sepas, e incluso aunque no lo quieras, formas parte de muchos equipos, tantos como a los sistemas a los que perteneces (familia, trabajo, vecindario, amigos, sociedad, etc…)

Te sugiero que le eches un vistazo a este video que pone el foco en uno de nuestros principales sistemas…


Y ahora te toca pensar un poco… ¿A qué sistemas perteneces? ¿Cómo influyes con tu comportamiento en los mismos? ¿Qué responsabilidad tienes en lo que acontece en ese sistema? ¿Cómo funcionaría ese sistema si modificas tu conducta dentro del mismo? ¿Qué puedes hacer? ¿Qué vas a hacer? ¿Cuándo?

Quiero dedicar este artículo a mi amigo Juan Gadeo, con quien he tenido la suerte de impartir, en beneficio de una ONG, sesiones de Coaching Sistémico de Equipos y que pronto incrementará su equipo/sistema familiar.

jueves, 12 de septiembre de 2013

TÚ ERES UN LÍDER

“El activo más valioso de una empresa del S.XX era su aparato de producción. El activo más valioso de una institución del S.XXI, tenga o no carácter comercial, serán sus trabajadores del conocimiento y la productividad de los mismos                                   Peter Drucker

Durante este verano he tenido la oportunidad de hablar con una amplia variedad de personas acerca de cómo se están adaptando las organizaciones a una nueva realidad en que la persona ocupa el centro del escenario. La natural tendencia a resistirse al cambio es demasiado potente y vencerla se antoja de vital importancia para la supervivencia de nuestras empresas, nuestros organismos y nuestros sistemas en estos momentos.

Mi conclusión es que los verdaderos cambios siempre se producen desde dentro hacia fuera. Gandhi lo resumió magistralmente en la siguiente frase: “Sé el cambio que quieras ver en el mundo.” Diversos estudios señalan que la mayoría de los grandes cambios culturales en organizaciones empezaron con la elección de una sola persona.

Estoy convencido de que el liderazgo no es una función, una posición o un título. Líder es aquel que elige serlo, escogiendo el nivel de iniciativa que quiere llevar a la práctica como respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo mejor que puedo hacer en estas circunstancias? He llegado a la conclusión de que un líder es aquel que está preparado para tomar la responsabilidad de su propio mundo.

Desde este punto de vista, tú eres un líder  en potencia porque todos tenemos y tú tienes en tu interior la capacidad de dar un paso adelante y responsabilizarte plenamente de tu propio mundo y del mundo que te rodea. La única diferencia entre, por ejemplo, Steve Jobs y tú es que él dio un paso adelante y se responsabilizó plenamente de su propio mundo y del mundo que le rodeaba.

Así que... amigo, ya no tienes excusa… si quieres que la cosa cambie, empieza por ti, sea cual sea la situación en la que te encuentres en estos momentos. Madre Teresa de Calcuta decía que “Si se da al mundo lo mejor que uno tiene, es posible salir herido. Pero, de todos modos, hay que dar lo mejor de uno mismo”.        

Y ahora te toca pensar un poco… ¿Qué te impide responsabilizarte de lo que te sucede?, ¿A quién culpas?, ¿Cuál es tu nivel de iniciativa actual?, ¿Qué no estás haciendo?, ¿A qué esperas?

 Quiero dedicar este artículo a José Mª Rabadán a quien he conocido este verano y con quien he compartido conversaciones inspiradoras por ser vivo ejemplo de liderazgo personal, embarcándose en un proyecto personal y familiar y responsabilizandose de su situación dando el paso que quería dar.

jueves, 18 de julio de 2013

ENCIERRO VERANIEGO. PREPARA TU PLAN DE VIDA

El verano confiere un escenario ideal para la reflexión. Las altas temperaturas diurnas, las frescas noches y el tiempo disponible son una mezcla perfecta para encontrarte contigo mismo. Es posible que seas consciente del beneficio de pararte y reflexionar y también es muy probable que te plantees la utilidad… ¿Para qué?; y aún más allá… ¿Cómo lo hago?.

En mis procesos de Coaching he podido constatar la dificultad que muchos manifiestan en encontrar un “para qué” a la hora de pararnos y pensar acerca de lo que nos acontece y sobre todo acerca de lo que queremos que nos acontezca. Encontrarlo es de vital importancia pues quien tiene un “para qué” seguro que encuentra un “cómo”.

También en mis cursos suelo comentar que tengo la firme creencia de que “yo decido mi vida”. ¿Qué te parece esta afirmación? ¿Para qué te sirve pensar que tú no puedes decidir tu vida? ¿Para qué te sirve pensar que sí puedes decidirla? Como decía Ford, tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto. Este es el poder de una creencia.

Quiero ayudarte a ocupar ese tiempo lo más productivamente y para ello te he preparado un mini plan con el que te invito a que decidas creer por un poco tiempo que puedes planificar hoy lo que te va a suceder en los próximos 5 años. Y aquí va el cómo:

1º Rodearte de un ambiente tranquilo y saca papel y lápiz.
Responde las siguientes cuestiones:
·         ¿Cuál es mi misión en esta vida?
·         ¿Para qué quiero vivir en este mundo?
·         ¿Qué huella quiero dejar?
·         ¿Qué tres cosas haría si supiera que no voy a fracasar?
·         ¿Por qué no las he hecho ya?
·         ¿Qué me impide ponerme en marcha?
·         ¿Cuáles son mis principales excusas para no hacer lo que me gusta?
·         ¿En qué persona me quiero convertir?.
·         ¿En qué 3 ó 4 cosas quiero destacar?.
·         ¿Qué recompensas aspiro a conseguir?
·         ¿Qué es lo primero que voy a hacer? ¿Cuándo?
Tres o cuatro sesiones de 20 minutos serán suficiente.
4º Y por último… PONTE EN MARCHA

Hoy es el primer día del resto de tu vida, ¿Qué quieres hacer con ella… de quién quieres que dependa lo que te suceda?
Con Fernando, mi Bike Coach
Dedico este post a mi amigo Fernando Toboso quien me hace de Coach durante el verano en nuestra común afición a la bicicleta de montaña y me enseña rutas, sendas y preciosos parajes. El es un vivo ejemplo de que en la vida se puede conseguir lo que te propongas.

lunes, 17 de junio de 2013

TUS VALORES: LA MEDIDA DE TU ÉXITO.

El pasado sábado 15 de junio concluía en Alicante el ciclo de clases correspondientes al MBA Executive de Fundesem Business School que bajo el título Plan de Vida Personal y Profesional he tenido la tremenda fortuna de impartir y que tienen como objetivo ayudar al alumno a planificar su futuro, cuando llega a la recta final de estos dos años de formación por los que acaba de atravesar.

Más de 70 alumnos pertenecientes a tres Programas Master y seis días de experiencia y crecimiento personal. Seis días de compartir y de convivir. Seis días inolvidables. Momentos que quedarán gravados en mi retina para siempre. Pero si tengo que destacar uno en especial es el cierre del MBA Executive y el momento mágico en que todos compartíamos nuestros valores. Me pregunto por qué sucede esto cuando trabajamos los valores.
Foto de cierre de curso en las escaleras de Fundesem
Las personas, al igual que cualquier sistema complejo, necesitamos una coherencia en todos nuestros mecanismos para producir los resultados deseados. Al igual que las distintas piezas de una máquina han de colaborar en un mismo fin, en el ser humano todo comportamiento debe ser coherente con lo que es importante para él.

¿Qué son los valores? Sencillamente, las creencias particulares, personales, individuales, que sustentas en relación con lo que te parece importante. Tus valores son tus sistemas de creencias sobre lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo.

Para avanzar y prosperar habrás de ser consciente de las normas que te aplicas a ti mismo y a los demás. Es preciso que sepas cuál es tu verdadera medida del éxito o del fracaso. De lo contrario, aunque poseyeras todas las cosas del mundo seguirías sintiéndote como si no tuvieras nada. Tal es el poder de ese elemento crítico y definitivo al que llamamos valores.

La sensación de congruencia, de armonía y unidad personal contigo mismo deriva del sentimiento de estar realizando tus valores a través de tu comportamiento real. Por esto es tan importante sacar a la luz y conocer tus valores.

Y ahora te toca pensar… ¿Cuáles son tus valores? ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Qué coherencia existe entre tus actos y tus prioridades? ¿Cuánto tiene que ver esto con cómo te sietes?
 
Quiero dedicar este post a todos los alumnos que me han acompañado estos días y en especial a aquellos que más se han entregado en la firme convicción de que habrán sido los que más han recibido.