miércoles, 30 de marzo de 2011

EL LÍDER Y EL SENTIDO DEL HUMOR

Entre la extensa literatura acerca del liderazgo, siempre ha llamado mi atención la denominada TEORIA DE LAS 3 H, basada en que un líder tiene que tener como cualidades básicas la HUMILDAD (en algunos textos se habla de honestidad en vez de humildad), la HUMANIDAD y EL SENTIDO DEL HUMOR.

Quiero detenerme hoy en esta última. Considero el sentido del humor como una herramienta, mas que una cualidad, que todos tenemos a nuestro alcance, pero de la que muy pocos saben hacer uso.

He tenido la suerte de conocer auténticos líderes en mi vida, y puedo afirmar que en la mayoría de los casos les ha acompañado un profundo sentido del humor. He podido percibir con claridad que este sentido del humor se manifiesta en dos dimensiones claramente diferenciadas:
Como habilidad social de relación con el otro. Herramienta que procura éxito seguro en las relaciones sociales, elimina tensiones, allana el camino y ayuda a acercar posturas.
Como herramienta para la convivencia con uno mismo. La vida es mas llevadera con sentido del humor. Con él se consigue reducir la autoexigencia, aceptarnos a nosotros mismos y en definitiva, ser mas felíz.
Con Paz Padilla a la llegada a Barajas
 Esta semana he estado trabajando en Tenerife y he tenido la suerte de sentarme junto a Paz Padilla en el vuelo de regreso a Madrid. Paz es una excelente humorista que utiliza el sentido del humor para su vida profesional y personal como pude comprobar a su lado.

Y recuerda, utiliza tu sentido del humor con los demás y contigo mismo para liderar tu vida e influir en la de los que te rodean.

Quiero dedicar este artículo a mi padre, Ángel Escribano, de quien guardo en mi recuerdo una frase que solía decir: “La vida hay que tomársela a cachondeo”.

miércoles, 9 de marzo de 2011

CREATIVIDAD VS. DESTRUCCIÓN.

Hoy quiero compartir con vosotros este cuento que se cuenta sobre Buda:

Había un hombre que estaba casi loco y era un asesino. Había jurado que mataría a mil personas porque la sociedad no lo había tratado bien. Se vengaría matando a mil personas. A cada uno de los que matara, juró cortarle un dedo y hacer un rosario de mil dedos alrededor de su cuello. Por este juramento lo llamaron Angulimala: el hombre con un rosario de dedos.
Mató a 999 personas. Cuando la gente sabía que Angulimala estaba cerca, el tráfico se detenía y nadie se acercaba. Se le hizo muy difícil encontrar al último hombre y solamente necesitaba matar a un hombre más para cumplir su juramento.
Buda estaba acercándose al bosque y la gente del pueblo cercano se le acercó para avisarlo: <<No vayas. Angulimala está allí, el asesino. El no lo piensa dos veces, simplemente mata. No tendrá en cuenta que eres un Buda. No sigas este camino. Hay otro...>>.
Pero Buda dijo: <<Si yo no voy, ¿Quién va a ir? El es un hombre, me necesita. Debo arriesgarme o yo lo mataré a él o bien él me matará a mí>>.
Buda fue. Incluso sus discípulos más cercanos, los que habían dicho que se quedarían con él hasta el final, comenzaron a alejarse. Era muy peligroso seguir.
Así fue como cuando Buda se acercó a la colina donde Angulimala estaba sentado sobre unas piedras, no había nadie detrás suyo, estaba solo. Todos los discípulos habían desaparecido.
Angulimala miró a este hombre inocente, que parecía un niño, tan hermoso que incluso él, que era un asesino, se sintió conmovido. Pensó: <<Este hombre parece ignorar por completo que estoy aquí, de otra manera nadie viene por este camino>>. Y luego pensó: <<No estaría bien matar a este hombre. Lo dejaré ir. Puedo encontrar a cualquier otro>>.
Agulimala le gritó a Buda:<<Regresa. Detente ahora mismo y regresa. No des un paso más. Soy Agulimala y tengo 999 dedos aquí, sólo necesito uno más y aun si mi propia madre viniera la mataría para cumplir mi juramento. No te acerques. Soy peligroso. Y yo no creo en la religión...puede que seas un buen monje, o tal vez un gran santo, pero no me importa. Tu dedo es tan bueno como el de cualquiera. No des un solo paso más o te mataré. Detente>>. Pero Buda siguió acercándose.
Angulimala pensó: <<O es sordo, o está loco>>. Y volvió a gritarle: <<Detente, no te muevas>>.
Buda dijo: <<Me detuve hace mucho tiempo, no me estoy moviendo. Angulimala, tú te estás moviendo. Para mí no hay meta alguna... y cuando no hay motivación ¿cómo puede haber movimiento?.
Tú estás moviéndote; y yo te digo <<detente>>.
Angulimala comenzó a reirse:<<Realmente eres un tonto, o estás loco – le dijo <<No sé qué clase de hombre eres>>.
Buda se acercó más y le dijo: <<Escuché que necesitas un dedo más. En lo que respecta a mi cuerpo, ha alcanzado ya su meta, es inútil ahora. Puedes usarlo para cumplir tu juramento: corta mi dedo y también mi cabeza. He venido a propósito, porque ésta es la última posibilidad que tiene mi cuerpo de ser usado de alguna manera>>.
Angulimala dijo: <<Pensé que yo era el único loco que andaba por aquí. No trates de hacerte el listo, porque puedo matarte>>.
Buda dijo: <<Antes de matarme, haz sólo una cosa, es sólo el último deseo de un hombre que va a morir: corta una rama de aquel árbol>>. Angulimala acercó su espada al árbol y una gran rama cayó a tierra.
Entonces Buda dijo: <<Ahora una cosa más: vuelve a juntar la rama al árbol>>:
Buda comenzó a reirse: <<Cuando sólo puedes destruir y no construir... entonces no deberías destruir, porque la destrucción puede ser hecha hasta por niños, no tiene nada de extraordinaria. Un niño podría cortar esta rama, pero para volverla a unir al árbol se requiere un Maestro. Si ni siquiera puedes juntar una rama con su árbol. ¿qué pasará con las cabezas humanas?
¿Alguna vez has pensado en esto?
Angulimala cerró los ojos y dijo: <<Guiame en este camino>>.

Deja de usar tu locura, tu negatividad, tu destructividad contra ti mismo y contra los otros. Esto es fácil. Hasta un niño puede destruir. Ahora vuélvete hacia algo dentro de ti que te es totalmente desconocido. Para esto necesitas mucho valor, mucha fuerza. Permíteme expresar tu creatividad.

Y recuerda siempre, si tienes energía para destruir, también tendrás para crear, es la misma energía, solo que en sentido contrario.

Quiero dedicar este artículo mi amigo Marc Salas, que me pasa este impresionante vídeo para compartir con vosotros.