“El activo más valioso de una empresa del S.XX
era su aparato de producción. El activo más valioso de una institución del
S.XXI, tenga o no carácter comercial, serán sus trabajadores del conocimiento y
la productividad de los mismos” Peter Drucker
Durante este verano he tenido la oportunidad de
hablar con una amplia variedad de personas acerca de cómo se están adaptando las organizaciones a una nueva realidad en que
la persona ocupa el centro del escenario. La natural tendencia a resistirse
al cambio es demasiado potente y vencerla se antoja de vital importancia para
la supervivencia de nuestras empresas, nuestros organismos y nuestros sistemas en
estos momentos.
Mi conclusión es que los verdaderos cambios siempre se producen desde dentro hacia fuera.
Gandhi lo resumió magistralmente en la siguiente frase: “Sé el cambio que quieras ver en el mundo.” Diversos estudios
señalan que la mayoría de los grandes cambios culturales en organizaciones
empezaron con la elección de una sola persona.
Estoy convencido de que el liderazgo no es una
función, una posición o un título. Líder
es aquel que elige serlo, escogiendo el nivel de iniciativa que quiere
llevar a la práctica como respuesta a la pregunta: ¿Qué es lo mejor que puedo
hacer en estas circunstancias? He llegado a la conclusión de que un líder es aquel que está preparado para
tomar la responsabilidad de su propio mundo.
Desde este punto de vista, tú eres un líder en
potencia porque todos tenemos y tú
tienes en tu interior la capacidad de dar un paso adelante y responsabilizarte
plenamente de tu propio mundo y del mundo que te rodea. La única diferencia
entre, por ejemplo, Steve Jobs y tú es que él dio un paso adelante y se
responsabilizó plenamente de su propio mundo y del mundo que le rodeaba.
Así que... amigo, ya no tienes excusa… si quieres que la cosa cambie, empieza por ti, sea cual sea la situación en la que te encuentres en estos momentos. Madre Teresa de Calcuta decía que “Si se da al mundo lo mejor que uno tiene, es posible salir herido. Pero, de todos modos, hay que dar lo mejor de uno mismo”.
Así que... amigo, ya no tienes excusa… si quieres que la cosa cambie, empieza por ti, sea cual sea la situación en la que te encuentres en estos momentos. Madre Teresa de Calcuta decía que “Si se da al mundo lo mejor que uno tiene, es posible salir herido. Pero, de todos modos, hay que dar lo mejor de uno mismo”.
Y ahora te
toca pensar un poco…
¿Qué te impide responsabilizarte de lo que te sucede?, ¿A quién culpas?, ¿Cuál
es tu nivel de iniciativa actual?, ¿Qué no estás haciendo?, ¿A qué esperas?
Quiero
dedicar este artículo a José Mª Rabadán
a quien he conocido este verano y con quien he compartido conversaciones
inspiradoras por ser vivo ejemplo de liderazgo personal, embarcándose en un proyecto personal y
familiar y responsabilizandose de su situación dando
el paso que quería dar.
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